viernes, 23 de febrero de 2018
martes, 12 de diciembre de 2017
sábado, 9 de diciembre de 2017
domingo, 3 de diciembre de 2017
Cómo es vivir con fobia a hablar
El mutismo selectivo -mejor descrito como una "fobia a hablar"- es un trastorno de ansiedad que afecta a miles de niños. Pero los pocos adultos que también lo sufren permanecen en el olvido. ¿Cómo lo viven?
"Podría hablar toda mi vida con mi abuela, pero cuando sufrió un derrame cerebral estaba tan ansiosa que dejé de ser capaz de hablar con ella".
Sabrina Branwood, de Rochdale, ha tenido mutismo selectivo desde la infancia - un trastorno de ansiedad que le impide hablar en situaciones sociales y con ciertas personas.
La condición - incluso en la edad adulta - significa que perdió la capacidad de hablar con uno de sus familiares más cercanos, algo que lamenta mucho.
Antes de que su abuela muriera, ella fue incapaz de decirle directamente cómo la amaba.
Sabrina depende de su familia y de una aplicación en su tableta para comunicarse.
El sistema británico de salud, NHS (National Health Service), define el mutismo selectivo como algo que afecta a niños, pero Sabrina tiene ahora 35 años de edad.
"Cuando las personas me hacen preguntas, mi ansiedad hace que me sea difícil pensar", explica a través de su aplicación.
"No estoy en silencio porque no quiera hablar. Me gustaría hablar libremente, pero es muy difícil y complicado".
"Sufrir mutismo selectivo te hace sentir como si estuvieras viviendo tu vida en una caja. Puedes ver y escuchar a través de la caja pero no la puedes abandonar. Da igual lo que te esfuerces."
"Puedes gritar dentro de la caja pero nadie puede oírte. No pueden oírte llorar cuando estás herido o asustado", añade.
Mutismo selectivo
Normalmente se origina durante la primera infancia, cuando los niños entran en nuevos entornos sociales -como la guardería- lejos de la familia inmediata.
Es más común en las niñas, sobre todo pertenecientes a minorías étnicas.
Las personas con la condición son "literalmente incapaces de hablar".
Los síntomas en los niños incluyen nerviosismo, comportamiento terco o agresivo al regresar a casa después de la escuela.
Si no se trata, puede continuar en la edad adulta.
Las formas más eficaces de tratamiento son la terapia conductual y la terapia cognitivo-conductual.
La comunicación puede ser especialmente difícil para Sabrina cuando la gente se muestra impaciente y no comprende su situación viéndola con frecuencia como una persona grosera o terca.
Pero incluso hablar con sus padres y hermanos puede llegar a ser difícil cuando está preocupada o molesta. En algunas ocasiones, cuando se siente presionada por extraños, sufre ataques de pánico.
A veces siente que se está volviendo loca.
"Me he perdido mucho como tener muchos amigos y visitar un montón de lugares sin necesidad de que mi familia me llevara."
Con el tiempo, le ha sido más difícil manejar su su mutismo selectivo.
"Cuando eres un niño tus padres pueden hacer mucho más para ayudar, y hablar en tu nombre, pero de adulto se espera que hagas esas cosas por ti, pero no puedo".
Alison Wintgens, asesora nacional de mutismo selectivo en el Real Colegio de Terapeutas del Habla y del Idioma en el Reino Unido, dice que la condición en adultos ha sido poco investigada y hay una verdadera deficiencia de los servicios de ayuda ya que muchas veces pasa desaparcibida.
La experta describe el mutismo selectivo como una "fobia a hablar."
Wintgens explica que normalmente la condición deriva de la infancia: "Algo lo activa, un evento bastante cotidiano -en general alrededor de la edad de dos o tres años- y se convierte en un patrón aprendido y reenforzado".
A menudo, esto incluye la congelación en situaciones incómodas, como un "conejo ante los faros de un coche". La evasión es otra táctica empleada por personas con la condición.
"A pesar de que hoy en día está condición está más reconocida todavía hay mucha ignorancia. El personal escolar y los padres quieren lo mejor, pero sin darse cuenta pueden empeorar la situación", añade Wintgens.
Sabrina dice que no recibió ningún apoyo en la escuela.
"El maestro de necesidades educativas especiales encargado de evaluarme me dijo que todo estaba en mi cabeza y la escuela ignoró el problema".
Su madre Dianne dice que le costó darse cuenta de la condición ya que Sabrina se comunicaba plenamente con la familia.
"Ella solía jugar con sus hermanos y hermanas y hablaba conmigo y con su padre. Pensábamos que era muy tímida fuera del entorno familiar".
"Me hace sentir que fallé como madre... porque no detecté las señales. Pero yo nunca había oído hablar de la enfermedad".
Confusión
Según Wintgens, confundir mutismo selectivo con timidez es un error común, pero psicológicamente la diferencia puede ser muy grande.
La experta explicó que a las personas tímidas les cuesta ponerse a hablar pero que luego participan en conversaciones y situaciones.
Pero las personas con mutismo selectivo "tienen un patrón consistente y predecible en la imposibilidad de hablar con las mismas personas y en los mismos lugares".
Si no se recibe tratamiento, según Carl Sutton, fundador del grupo de apoyo iSpeak ", puede provocar otros trastornos de ansiedad como la agorafobia.
Sabrina estuvo recibiendo tratamiento de un psicólogo durante tres años, hasta 2011. Pero después de que su caso fue reevaluado fue dada de alta y no ha vuelto a ser referida a ningún especialista.
Desde entonces, el único cuidado que el sistema de salud le ha ofrecido ha sido terapia a corto plazo.
Su madre dice que la posibilidad de que Sabrina consiga trabajo es nula, a pesar de que vive de manera independiente en su propia casa.
"Ha realizado trabajo voluntario para la organización caritativa Mind pero ha sido difícil para ella conseguir esos puestos de trabajo. Una vez que los logra, disfruta mucho".
"Fue difícil, pero se acercó a la gente. Solía enviar muchos mensajes de texto y correos electrónicos a sus colegas."
Una investigación de Sutton -que analizó a 83 personas que tienen, o han tenido, mutismo selectivo en la edad adulta- sugiere que el "punto de inflexión" promedio en el camino a la superación de la condición es a los 22 años.
Pero a pesar de que Sabrina está más allá de esta edad, aún mantiene la esperanza de recuperarse.
"Quiero trabajar con otros enfermos", explica. Actualmente está estudiando para obtener un título en
psicología en la universidad a distancia.
fUENTE SACADA DE:BBC MUNDO
viernes, 1 de diciembre de 2017
Información sobre el mutismo selectivo
1- ¿Qué es el Mutismo Selectivo?
El Mutismo Selectivo es un trastorno de ansiedad infantil, caracterizado por la
incapacidad de un niño
(1)
a hablar en ciertos ámbitos sociales, como la escuela.
Estos niños comprenden el lenguaje y son capaces de hablar con toda
normalidad en ámbitos donde se sienten cómodos, seguros y confortables.
Más del 90% de los niños con Mutismo Selectivo también padecen una Fobia
Social o Ansiedad Social, y algunos expertos consideran el Mutismo Selectivo
como un síntoma de Ansiedad Social. Otros lo consideran un trastorno
diferente, aunque relacionado. Todavía no se ha llegado a entender por qué
ciertos individuos desarrollan los síntomas típicos de ansiedad social, como el
rechazo a hablar delante de un grupo de personas o sentirse incómodo en esa
situación, mientras otros experimentan una incapacidad para hablar, que es lo
que caracteriza al Mutismo Selectivo. Lo que está claro es que niños y
adolescentes con Mutismo Selectivo sienten un MIEDO real a hablar y a las
interacciones sociales, cuando existe una expectativa de que ellos hablen.
También pueden ser incapaces de comunicarse de una forma no verbal, o de
establecer un contacto visual, y pueden quedarse paralizados por el miedo
cuando se ven confrontados a ciertas situaciones sociales específicas. Es
bastante descorazonador observarlos, a menudo extenuante para el niño y
frustrante para sus padres y profesores.
2- ¿Cuáles son los criterios de diagnóstico del Mutismo Selectivo?
Un niño responde a los criterios de Mutismo Selectivo siempre y cuando:
a. El niño no habla en determinados lugares “selectivos” como la escuela, u
otros entornos sociales.
b. El niño habla normalmente en al menos un entorno: normalmente es en
casa, aunque un pequeño porcentaje de niños con Mutismo Selectivo
son “mudos” en casa.
c. La incapacidad del niño para hablar interfiere en su capacidad para
funcionar normalmente en ámbitos educativos y/o sociales.
(1) Nota del traductor: a lo largo del documento se habla de niños, cuando en realidad se refiere a niños
o niñas.
2
d. El mutismo ha persistido durante al menos un mes.
e. El mutismo no está causado por un trastorno de la comunicación (como el tartamudeo) y no se manifiesta como parte de otros trastornos
mentales (como el autismo).
La mayoría de los niños tienen una predisposición genética a la ansiedad. En
otros términos, han heredado la tendencia a la ansiedad de varios miembros de
la familia y puede ser vulnerable a desarrollar trastornos de ansiedad. Muy a
menudo, estos signos se muestran ante la dificultad para separarse de sus
padres, mal humor, comportamiento muy dependiente, inflexibilidad, problemas
de sueño, frecuentes berrinches y lloros, y extrema timidez desde la infancia.
Cuando alcanzan la edad en que empiezan a interactuar socialmente fuera del
entorno familiar, su miedo persistente a hablar o a comunicar empieza a
manifestarse a través de síntomas, como el quedarse paralizado, falta de
reacciones, mantener una postura rígida, falta de expresión en el semblante,
falta de sonrisa y, por supuesto, mutismo.
Los estudios han demostrado que algunos niños nace con temperamentos
inhibidos. Esto significa que incluso de recién nacidos son más propensos a
ser miedosos y recelosos ante nuevas situaciones. Hay motivos para pensar
que muchos o la mayoría de los niños con Mutismo Selectivo han nacido con
este tipo de temperamento inhibido.
Las investigaciones también han demostrado que estos niños de
temperamento inhibido tienen un menor umbral de excitabilidad en el área del
cerebro, llamada la amígdala. La función normal de la amígdala es recibir y
procesar las señales de potencial peligro y poner en marcha una serie de
reacciones que ayudan a los individuos a protegerse. En individuos ansiosos, la
amígdala parece reaccionar demasiado y pone en marcha estas respuestas,
aunque el individuo no esté realmente en peligro.
En el caso de los niños con Mutismo Selectivo, las repuestas a la ansiedad se
desencadenan al desenvolverse socialmente: en la escuela, lugares de juego o
reuniones sociales. Aunque no exista ninguna razón lógica para el miedo, las
sensaciones que el niño experimenta son tan reales como las experimentadas
por una persona con una fobia. Por ejemplo, una persona con fobia a las
arañas (aracnofobia) sentirá un real terror paralizante si se ve expuesta a una
tarántula, o peor aún, si se ve forzada a mirarla o a tocarla. La persona
comprenderá lógicamente que la tarántula es inofensiva, pero ninguna
“explicación” será capaz de reducir su miedo y las reacciones físicas que esta
persona experimenta, como aceleración del ritmo cardíaco, sudoración de las
palmas de las manos, y un fuerte deseo de evitar la interacción.
Un niño con Mutismo Selectivo enmudece, debido a que no supera esta
sensación de miedo que experimenta cuando se espera de él que hable. Al no
3
contestar, normalmente la presión desaparece y el niño se siente aliviado de
sus miedos.
Si se compara con un niño típicamente tímido o vergonzoso, los niños con
Mutismo Selectivo están en el extremo de la gama de la timidez y de la
vergüenza. La diferencia entre la timidez y el Mutismo Selectivo puede ser una
cuestión de grado, pero la importante distinción es que el Mutismo Selectivo
interfiere en la capacidad del niño para funcionar. Si no se trata debidamente, a
menudo puede tener un serio impacto en la educación del niño, su autoestima,
y su desarrollo social.
A parte de los factores genéticos y biológicos, se estima que otros factores
también pueden contribuir al desarrollo del Mutismo Selectivo. Un número
importante de niños con Mutismo Selectivo también padecen trastornos del
lenguaje, y un número bastante extenso proceden de entornos bilingües
2 (2)
; se
piensa que estos factores también pueden hacer que el niño sea más
vulnerable al Mutismo Selectivo. No obstante, la ansiedad es la causa de
origen del mutismo y, en teoría, las dificultades de lenguaje pueden hacer que
el niño sea más consciente de sus limitaciones para hablar y por tanto, esto
aumentaría su miedo a ser juzgado por los demás.
Estos factores de riesgo son probablemente adicionales; en otros términos, si
un niño tiene un riesgo genético de ansiedad, y además un entorno bilingüe o
trastornos del lenguaje, la probabilidad de que el niño desarrolle Mutismo
Selectivo se incrementa con cada factor añadido.
Un entorno estresante también puede ser un factor de riesgo, pero No existe
prueba alguna de que la causa del Mutismo Selectivo esté relacionada con
abusos, negligencia o algún trauma. Es importante subrayar este punto porque
en el pasado se hizo esta afirmación y desafortunadamente todavía hoy
muchas personas lo creen así. Este falso concepto es muy dañino para las
familias que buscan ayuda. Desgraciadamente, aunque nunca se haya
publicado nada que demuestre que los abusos causan Mutismo Selectivo,
muchos padres y otros miembros de la familia se han visto erróneamente
acusados de abusos o se han sentido bajo esa sospecha. En realidad, los
estudios han demostrado que los niños con Mutismo Selectivo no son más
propensos a haber sufrido abusos o algún trauma que la media general de
niños.
(2) Nota del traductor: este dato es de origen norteamericano, donde el bilingüismo tiene otra
connotaciones diferentes a esa situación en Europa. De hecho, no hay estudios europeos que apoyen
esta explicación
4
4 - ¿Qué características de conducta identifican a un niño con Mutismo
Selectivo en ámbitos sociales?
Es importante tener en cuenta que la mayoría de los niños con Mutismo
Selectivo son tan normales y se comportan de forma tan adecuada como
cualquier otro niño cuando se encuentran en un entorno confortable. ¡Los
padres a menudo comentan lo estruendoso, social, simpático, inquisitivo,
comunicativo e incluso mandón y asertivo que puede ser su hijo en casa! No
obstante, los que diferencia a los niños con Mutismo Selectivo es su severa
inhibición del comportamiento, y su incapacidad para hablar en ciertos ámbitos
sociales. En estos entornos, los niños con Mutismo Selectivo se sienten como
si estuvieran constantemente en un escenario, y experimentan los mismos
síntomas que mucha gente con miedo a salir a escena. Algunos, aunque no
todos los niños con Mutismo Selectivo, también padecen náuseas o vómitos,
diarreas, dolores de cabeza y una gama de otros síntomas físicos antes de salir
hacia la escuela o a algún encuentro social.
Cuando están en la escuela o en otros ámbitos que le provocan ansiedad, las
características de comportamiento pueden variar en algunos niños mucho más
retraídos que otros. Algunos niños con Mutismo Selectivo permanecen sin
moverse, sin expresión, y pueden mostrar un lenguaje corporal rígido o
desgarbado. Algunos giran la cabeza, evitan el contacto visual, mastican o
rizan el pelo, o se esconden en una esquina. Con el paso del tiempo, algunos
niños aprenden a relacionarse y a participar en ciertos ámbitos sociales,
comunicándose de forma no verbal o hablando en voz baja con unas pocas
personas escogidas. También existen variaciones en el grado de ansiedad
externa o nerviosismo. Otros aparentan tranquilos por fuera y pueden
comunicar de forma no verbal; a menudo son estos niños a los que se les
malinterpreta pensando que son desafiantes u oposicionales, ya que no
muestran signos visibles de nerviosismo.
Los niños con Mutismo Selectivo tienden a tener dificultades de iniciativa, y
pueden tardar en responder, incluso dentro de una comunicación no verbal.
Esto puede ser bastante frustrante para el niño y puede llevar a tests con notas
erróneamente bajas y a la mala interpretación de las capacidades cognitivas
del niños.
Las relaciones sociales pueden ser muy difíciles para los niños con Mutismo
Selectivo, aunque algunos “caigan bien” a sus compañeros. En muchos casos,
los compañeros de clase tienden a adoptar un papel protector hacia el niño
“mudo” o a intentar hablar con él. Incluso para aquellos afortunados que
reciben el apoyo de sus compañeros, no existe ninguna duda en que el
Mutismo Selectivo impacta en el desarrollo social y limita las interacciones
sociales. En los peores casos, algunos niños son víctimas de burlas y abusos y
se encuentran completamente incapacitados para defenderse por sí solos. Esto
parece ser un problema adicional que se acentúa entre niños mayores y que
suele manifestarse quizás con más frecuencia entre niños que entre niñas
5
5- ¿Existen otros rasgos de comportamiento o de personalidad
asociados?
Las siguientes características pueden presentarse en niños con Mutismo
Selectivo:
a. Mayor sensibilidad al ruido / muchedumbres / tacto (posible Trastorno de
la Integración Sensorial).
b. Dificultad para separarse de sus padres (especialmente en niños
pequeños) y dificultades para dormir independientemente.
c. Introspectivo y sensible (parece entender el mundo que le rodea mejor
que otros niños de su edad), y demuestra una mayor sensibilidad a los
sentimientos y pensamientos de los demás
d. Manifestaciones de problemas de conducta en el hogar, como ser
muestras de: mal humor, inflexibilidad, dilatación de tareas escolares,
llorar con facilidad, generar berrinches, necesidad de ejercer control, dar
órdenes hablar excesivamente, creatividad y expresividad
e. Inteligentes, perceptivos e inquisitivos.
f. Tendencias creativas y artísticas
g. Tendencia a orinarse en la cama como a tener accidentes diurnos
(enuresis), a evitar los baños públicos (paruresis), y/o accidentes de
deposiciones intestinales (encopresis).
h. Tendencia excesiva a preocuparse o a tener miedos no justificdos
(generalmetne -manifestados en niños mayores de seis años).
Aunque no se encuentren todos estos síntomas en todos los niños, los mismos
son frecuentemente descritos por padres y profesores de niños con Mutismo
Selectivo. Está claro que el mutismo es sólo una de las muchas características
que se atribuye a los niños con Mutismo Selectivo.
1- ¿Por qué tan pocos profesores, terapeutas y médicos entienden el
Mutismo Selectivo?
Los trabajos de investigación sobre el Mutismo Selectivo son escasos, y las
descripciones de la mayoría de artículos y libros de texto se basan en teorías
subjetivas sobre un número muy limitado de niños. En algunos casos, los
profesionales de la medicina y de la educación no han recibido enseñanza
alguna sobre el Mutismo Selectivo, y en otros casos sólo les ha sido facilitada
información equivocada e inexacta.
Resultado de ello es que médicos, profesores y otros profesionales a menudo
dicen a los padres que el niño es simplemente tímido o que superará esta
6
conducta. Otros profesionales interpretan incorrectamente el mutismo como
una conducta oposicional o desafiante; como si el mutismo fuera un medio para
manipular y controlar a otras personas. Algunos profesionales consideran el
Mutismo Selectivo como una variante del autismo o como un signo de una
severa discapacidad para aprender. Para un niño con real Mutismo Selectivo,
estos puntos de vista son completamente falsos y no llevan a una terapia
adecuada.
Existe un trágico resultado debido a la escasez de conocimiento sobre el
Mutismo Selectivo: demasiados niños dejan de ser diagnosticados, o lo son de
forma equívoca, y en consecuencia son erróneamente tratados. La misión del
SMG – CAN (Grupo de Mutismo Selectivo – Red de Niños con Ansiedad) es
promover una mejora en las investigaciones; educando y promoviendo la
conciencia pública sobre el Mutismo Selectivo.
Estamos orgullosos del progreso realizado, pero todavía existe mucho trabajo
por hacer. En las miles de cartas y e-mails que recibimos, todavía escuchamos
frecuentemente historias de niños que tienen múltiples terapeutas durante años
sin ningún progreso, o niños a quien se les prescribe medicación sin haber
previamente implantado ninguna intervención de conducta, o peor aún, niños a
quien se les castiga por no hablar. Existen frecuentes historias de niños a quien
se les niega un bocadillo otra recompensa por no haber verbalizado su pedido,
y a quienes los encierran en una habitación hasta que hablen.
También sabemos de innumerables familias de todo el mundo que están
desesperados buscando una terapia para sus hijos, pero no pueden encontrar
terapeutas calificdos y con experiencia en este terreno. La falta de
conocimientos y de profesionales entrenados se presenta no sólo en áreas
rurales o en países subdesarrollados, sino que desafortunadamente es común
a través de Estados Unidos y del resto del mundo.
2- ¿A qué edad se diagnostican la mayoría de los niños con Mutismo
Selectivo?
La edad media del diagnóstico es entre los tres y ocho años: no obstante,
retrospectivamente, muchas familias dicen que sus hijos mostraban signos de
excesiva timidez y/o inhibición desde la infancia. Es cuando el niño empieza en
el colegio, donde existe una expectativa de interactuar y hablar, que el Mutismo
Selectivo se hace más aparente.
A menudo, los padres sospechan durante los años preescolares que existe un
problema, pero la falta de conocimiento sobre el Mutismo Selectivo hace que
sea difícil encontrar ayuda. También es muy común que los padres pregunten
al pediatra sobre la incapacidad de su hijo para hablar en público, y reciban
como respuesta que el niño es simplemente tímido y superará este
comportamiento. No obstante, una vez que el niño empieza en el colegio, los
profesores a menudo señalan a los padres la severidad del problema. Algunos
padres son también reacios a que se evalúe y se trate a sus hijos. Esto puede
deberse a que:
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a. Los padres no “ven” (por estar ausentes) la severidad de los síntomas
que se manifiestan en la escuela o en otros ámbitos.
b. Se les ha dicho a los padres que se trata de una simple timidez y tienen
dificultades para aceptar otras explicaciones.
c. Alguno de los padres ha sufrido de Mutismo Selectivo o excesiva
timidez durante la infancia y piensan que se resolverá con el tiempo.
d. Alguno de los padres sufre ansiedad social y tiene dificultades para
buscar ayuda para el niño.
e. Los padres temen ser acusados o sospechosos de abusos o de causar
ellos el problema.
f. Algunos padres rechazan el hecho de que se pueda “rótular” al niño con
un diagnóstico.
g. Los padres entienden la necesidad de buscar ayuda, pero no
encuentran a un terapeuta calificado con experiencia en el tratamiento
del Mutismo Selectivo.
Todos estos son escenarios corrientes relatados por escuelas y familias que se
comunican con el SMG – CAN. Todas estas situaciones tienden a demorar el
diagnóstico y el tratamiento de niños con Mutismo Selectivo.
Si el mutismo persiste durante más de un mes, los padres deberían hablar con
los profesores y/o con el médico de su hijo. Existen documentos (como éste)
que recomendamos compartan con los profesionales en caso de que no
posean información sobre el Mutismo Selectivo. Tengan en cuenta de que no
tratamos de criticar a los profesionales, sino que reconocemos que nunca han
tenido la oportunidad de aprender sobre este trastorno. La información se debe
presentar sin tono amenazador, para que los padres y profesionales trabajen
juntos para ayudar a los niños a superar el Mutismo Selectivo.
3- ¿Es importante diagnosticar a mi hijo cuando todavía es pequeño?
No es recomendable esperar a ver si un niño supera el Mutismo Selectivo o a
que lo haga por sí sólo. Los estudios indican que cuanto más pronto se trate a
un niño del Mutismo Selectivo, más rápida será la respuesta al tratamiento, y
mejor será el pronóstico general. Si un niño permanece mudo durante muchos
años, su comportamiento puede convertirse en una respuesta condicionada
donde el niño empieza a creer que nunca será capaz de hablar en ciertos
ámbitos o con ciertas personas.
Los niños también empiezan a temer cada vez más que la gente haga “un
asunto de estado” del hecho que empiece a hablar en entornos sociales. En
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otros términos, el Mutismo Selectivo puede convertirse en un hábito difícil de
romper.
4- ¿Qué deben hacer los padres si sospechan que su hijo tiene Mutismo
Selectivo?
Los padres deben eliminar todas las presiones y expectaciones para que el
niño hable, transmitiéndole que entienden sus “temores” a hablar o que tenga
dificultades para expresarse en ciertas ocasiones. (Si son Vds. unos padres
que han sabido hace poco del Mutismo Selectivo y que piensan que han estado
presionando o sobornando a su hijo para que hable, sepan que la mayoría de
los padres lo han hecho en un momento dado. Muchos padres cuentan que
simplemente el hecho de eliminar las presiones y dejar saber al niño que ahora
le entienden, ha sido de gran ayuda y el principio de una mejoría en los
síntomas del niño). Los padres también deben dar seguridad al niño haciéndole
entender que le van a ayudar durante este difícil proceso. Las hazañas y los
esfuerzos del niño deben ser elogiados, y se le debe brindar ayuda y
comprensión cuando el niño tiene dificultades y frustraciones.
Los padres deben leer cuanta información puedan para estar bien informados
sobre el Mutismo Selectivo. Esta página web es un gran recurso, con miles de
páginas de información para leer e imprimir y así educar a los demás. Los
miembros de nuestra comunidad SMG-CAN también ofrecen muchas
posibilidades de ayuda e interacciones con expertos, padres y profesores
experimentados. Además, pronto estará disponible en la página SMG-CAM
members, una guía detallada con todos los pasos, intitulada “I Just Found Out
My Child Has Selective Mutism: What do I do now?”. Esta guía aconsejará a los
padres sobre los pasos iniciales para educarse a sí mismos, educar a las
demás personas que tengan contacto con su hijo, formular un plan educativo
para su hijo y encontrar un terapeuta.
5- ¿Cómo se evalúa a un niño con Mutismo Selectivo?
Un profesional calificado y familiar con el Mutismo Selectivo empezará
generalmente por entrevistar a los padres del niño. Se recopilará información
sobre la historia del desarrollo del pequeño (incluyendo si ha habido o no
retrasos en la audición, el habla o el lenguaje), la historia familiar (historial de
los miembros de la familia con ansiedad/depresión), características de
comportamiento (temperamento tímido), descripción de la vida en casa (estrés
familiar, divorcio, muerte, mudanza o cambio de la principal persona que le
cuidaba) e historial médico. Tras evaluar todo esta información, normalmente el
siguiente paso es que el profesional se vea con el niño. Aunque la mayoría de
los niños con Mutismo Selectivo no hablan con el profesional que le
diagnostica, puede ser muy útil para el terapeuta pasar tiempo con el niño y
empezar a construir una relación. También puede ser muy útil para el terapeuta
obtener algún vídeo del niño en su hogar, en un entorno confortable, para tener
una visión del niño interactuando y hablando normalmente. Algunos niños
pueden hablar con el terapeuta enseguida; esto no descarta en absoluto el
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diagnóstico de Mutismo Selectivo, ya que la naturaleza “selectiva” del entorno
varía de un niño a otro. Algunos niños se sienten cómodos hablando con
adultos pero otros no; otros sólo experimentan mutismo en el entorno escolar, y
existen muchas otras combinaciones y variaciones.
Ya que el 20-30% de los niños con Mutismo Selectivo padecen una sutil
anomalía del habla y del lenguaje, a menudo se realiza una cuidadosa
evaluación de ambos. Además a menudo se recomienda un examen físico
completo (incluida la audición), evaluaciones psicológicas, así como un
minucioso chequeo del desarrollo, especialmente si el diagnóstico no es claro.
6- ¿Cómo se trata el Mutismo Selectivo?
Ya que el Mutismo Selectivo es un trastorno de la ansiedad, los tratamientos
con éxito se centran en métodos para disminuir la ansiedad, aumentar la auto
estima, la confianza y la comunicación en entornos sociales. Nunca se debe
poner el énfasis sobre “conseguir que el niño hable”. Tampoco la meta del
tratamiento debe ser que el niño hable con el terapeuta. ¡Los progresos
realizados fuera de la clínica o del despacho del doctor son mucho más
importantes que el hecho de que el niño hable durante una sesión terapéutica!
Inicialmente se deben eliminar todas las expectativas de verbalización. Cuando
la ansiedad disminuye y la confianza aumenta, normalmente la verbalización
sigue. Si esto no ocurre de forma espontánea, más adelante se pueden añadir
técnicas para estimular el progreso.
Un profesional deberá elaborar un tratamiento individualizado para cada niño, y
permitirá que el niño, la familia y el colegio tengan una gran implicación dentro
del proceso de tratamiento. La terapia normalmente incluye una combinación
de terapia del comportamiento, terapia cognitivo-conductual (CBT), terapia de
juego o terapia psicoanalítica, medicación, y en alguno casos, terapia familiar.
Las siguientes preguntas suministran una explicación sobre estos tipos de
terapia.
7- ¿Qué es la Terapia de Comportamiento, y cómo se utiliza para tratar el
Mutismo Selectivo?
Técnicas de desensibilización, extinción y de refuerzo positivo son los
principales tipos de terapia de comportamiento utilizadas para el Mutismo
Selectivo.
La desensibilización expone gradualmente al niño a algo que teme para
ayudarle a superar el miedo, esto es, se le va exponiendo a lo que le cuesta,
aumentando gradualmente la dificultad.
La terapia de extinción es un tipo de desensibilización que crea una serie de
eventos o situaciones que empiezan con una situación cómoda para el niño
10
(por ejemplo, estar sólo en un aula de clase con un pariente y jugando con la
pizarra) y gradualmente introduce nuevas variables, progresivamente más
difíciles (por ejemplo, el profesor pasa por delante de la clase y oye por
casualidad al niño hablando con su padre/madre, después el profesor entra en
la clase, y eventualmente el niño interactúa con el profesor dentro de la clase).
En esta técnica se parte de cuando está bien, para ir introduciendo cambios
progresivos en la dirección indicada.
El refuerzo positivo, o la utilización de recompensas para que cambie de
comportamiento sólo se introducirá una vez que la ansiedad del niño haya
disminuido y que el niño esté preparado para trabajar con metas. También es
importante ser consciente que existen muchas etapas intermedias entre el
momento en que el niño es “mudo” hasta que empieza a hablar; durante las
primeras etapas del tratamiento, se puede alentar y recompensar la
comunicación no verbal, como señalar, asentar con la cabeza, y utilizar dibujos
para expresar necesidades. Aunque algunos temen que el permitir una
comunicación no verbal puede permitir seguir con el mutismo, es una etapa
necesaria para la mayoría de los niños con Mutismo Selectivo para superar
progresivamente su ansiedad hacia la comunicación.
8- ¿Qué es la Terapia Cognitivo-conductual (CBT), y cómo se utiliza para
tratar el Mutismo Selectivo?
Los terapeutas que utilizan la CBT ayudan a los niños a cambiar sus
pensamientos (esta es la parte cognitiva) y sus actos (esta es la parte
conductual). Estos terapeutas CBT reconocen que los niños ansiosos tienden
a exagerar los aspectos amenazantes de ciertas situaciones; y los ayudan a
ganar una perspectiva más realista para disminuir la ansiedad. También saben
que los niños ansiosos evitan las situaciones que temen, o en el caso de niños
con Mutismo Selectivo evitan hablar en situaciones que les provocan angustia.
El esquivarlas empeora la ansiedad. Por tanto, la terapia CBT ayuda al niño a
superar el temor al enfrentamientoy gradualmente a hacer frente a lo que teme,
utilizando muchas alabanzas y refuerzo positivo para que pueda conseguirlo.
Los padres, profesores y otros adultos del entorno del niño pueden ser de
mucha ayuda en este proceso.
La meta de las estrategias cognitivas para un niño con Mutismo Selectivo es,
reducir su ansiedad social que muchas veces es parte de su trastorno. El niño
puede pensar, por ejemplo, “si le pido al profesor que me ayude, se enfadará
conmigo” o “si hablo, puede que diga alguna tontería y los niños se reirán de
mí”. Las estrategias cognitivas ayudan al niño a desafiar estos pensamientos
negativos y a sustituirlos por otras más realistas. Estas se combinan con
estrategias del comportamiento, cuya meta es ayudar al niño con mutismo
selectivo a hablar en situaciones cada vez más desafiantes.
El terapeuta reúne información cuidadosamente sobre dónde y con quién el
niño ya habla con miras a elegir otra meta sobre la cual trabajar en una
situación ligeramente más desafiante para el niño. Por ejemplo, una niña que
ya es capaz de hablar con su mejor amiga cuando ésta le visita, pero no en la
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escuela, debería escoger como meta hablar a solas con esta amiga en el
colegio (para ayudar en este punto, los padres de la niña y el profesor pueden
organizar un encuentro para que la niña con Mutismo Selectivo se encuentre a
solas en la clase con su amiga). Es muy importante que estas metas se
alcancen a trav[es de pequeñas etapas, y que los padres y profesores
reaccionen muy positivamente cada vez que el niño logre una. También
pueden ser útiles los ejercicios de relajación antes de entrar en una situación
desafiante, y algunas veces también se puede combinar la terapia CBT con
medicación que reduzca la ansiedad.
A los niños mayores se les puede ayudar a definir sus estrategias CBT dentro
de un “plan” que puedan utilizar independientemente cuando se encuentran
confrontados a situaciones que les provocan ansiedad. Este tipo de plan les
ayudará a reconocer la ansiedad, a identificar expectativas negativas
relacionadas con la ansiedad, a sustituirlas por expectativas más realistas, a
involucrarse en actividades que le pueden ayudar (por ejemplo, la relajación y
distracción), y le recompensarlos por el esfuerzo realizado. Se usan a menudo
tarjetas recordatorias para ayudar al niño a utilizar su “plan”. Para los niños
pequeños con Mutismo Selectivo (guardería o pre-escolares), se debe adaptar
este enfoque ayudando al niño a entender los diferentes niveles de ansiedad
ante distintas situaciones que les permita evaluarlas conforme a su gravedad,
utilizando imágenes (por ejemplo, una pila de bloques con un solo bloque
representando “sólo un temor pequeño” y cinco bloques representando “mucho
miedo”).
9- Cómo se utiliza la medicación en el tratamiento del Mutismo Selectivo?
El uso de la medicación se basa en el entendido de que el Mutismo Selectivo
está relacionado con la ansiedad social, y en que existen medicamentos que
han demostrado ayudar a adultos con este trastorno. En los últimos años, se ha
evidenciado que los problemas de ansiedad están relacionados con un
desequilibrio en algunos “mensajeros” químicos de la mente, o
neurotransmisores. En particular, el neurotransmisor llamado serotonina parece
estar implicado.
La medicación bajo forma de inhibidores de recaptación de la serotonina
(IRSS), como el Prozac, Seroxat, Dumirox y otros, se prescribe habitualmente
en el tratamiento de los trastornos de la ansiedad. Además de los IRSS, existen
otros medicamentos que afectan a varios neurotransmisores en lugar de sólo a
la serotonina. Por ejemplo, el Buspar. Aunque ninguna de estas medicaciones
esté “aprobada” para su uso en el tratamiento del Mutismo Selectivo en niños,
es común que los médicos las receten, ya que existe una razón para pensar
que son seguros y efectivos en un caso particular.
Existen varios estudios a pequeña escala que han demostrado que estos tipos
de medicación son eficaces en el tratamiento del Mutismo Selectivo, y muchos
sostienen que estos medicamentos son de mucha ayuda y tienen un gran
margen de seguridad. Los efectos secundarios son mínimos y pueden ser
normalmente evitados empezando la medicación con dosis muy pequeñas y
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aumentándola gradualmente; muchos niños con Mutismo Selectivo parecen
responder a dosis relativamente bajas de estos medicamentos, por tanto no es
necesario seguir aumentándola a dosis más altas. Cuando se combinan con
una adecuada terapia de conductista y/o terapia CBT, los niveles de éxito del
tratamiento son significativamente mayores.
El nivel de respuesta a la medicación, como cualquier tratamiento del Mutismo
Selectivo, es inversamente proporcional a la edad. En otros términos, cuando
se empieza cualquier tipo de terapia adecuada a una edad temprana, la
respuesta es mucho más rápida y mayor. Por eso SMG-CAN defiende un
diagnóstico y un tratamiento temprano.
Cuando se utiliza la medicación como parte del plan de tratamiento, la pauta es
normalmente que el niño la tome durante 9-12 meses. Este parece ser un
período de tiempo suficiente para permitir que el niño se acostumbre a hablar
en casi todos los entornos, y para que estos logros se conserven después de
suspender la medicación. Esperamos que se realicen más investigaciones para
evaluar mejor las dosis y los intervalos de tiempo apropiados. Cuando llega el
momento de suspender la medicación, siempre debe disminuirse lentamente y
bajo la supervisión de un médico.
La medicación no es siempre necesaria en el tratamiento del Mutismo
Selectivo, pero en muchos casos parece ser muy útil para ayudar al niño a
realizar los primeros pasos. Hasta que la ansiedad no disminuya hasta un nivel
tolerable, la mayoría de los niños tendrán dificultades para conseguir incluso
metas pequeñas. Es más probable que se prescriba medicación en los casos
más severos, o cuando el mutismo ha persistido durante un período largo de
tiempo (como con los pre-adolescentes y adolescentes), o si ya se ha intentado
una terapia de comportamiento adecuada sin éxito. La decisión de utilizar
medicación o no, debe tomarla un especialista con experiencia en el uso de
estos medicamentos con niños, y también depende del nivel de confort de los
padres al respecto. Se recomienda a los padres que se informen cuanto sea
posible sobre estos medicamentos, así como sobre todas las opciones de
tratamiento.
10-¿Qué es la Terapia de Juego y cómo se utiliza en el tratamiento del
Mutismo Selectivo?
La Terapia de Juego es a menudo un término mal empleado. Muchas veces,
los padres cuentan que su hijo ha visto un terapeuta de juego, cuando en
realidad este terapeuta está utilizando un juego como un medio para ayudar al
niño a sentirse cómodo y relajado, y a disfrutar de las sesiones de terapia (la
mayoría de los terapeutas que trabajan con niños lo hacen en algún momento).
Algunas veces, también los juegos se incorporan en el plan de tratamiento de
la conducta; por ejemplo, un niño puede decidir trabajar la meta de contestar a
preguntas sencillas, interactuando en algún juego con el terapeuta, el profesor,
etc...
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No obstante, el término “Terapia de Juego”, significa algo muy diferente. En
realidad, es una adaptación de una terapia psicoanalítica, que es un
tratamiento psicológico basado en ayudar a las personas a comprender su
pensamientos inconscientes. Este campo de la psicología incluye teorías
freudianas, pero también muchas otras teorías modernas sobre el
funcionamiento de nuestras mentes. La terapia de juego se refiere al uso del
juego como comunicación: los terapeutas entrenados con estas técnicas
observarán y participarán en actividades de juego con el niño e interpretarán
las acciones del niño como una forma de comunicación subconsciente.
No existen muchas pruebas de que la Terapia de Juego sea eficaz en el
tratamiento del Mutismo Selectivo; no obstante, un terapeuta de juego bien
entrenado, puede ser capaz de ayudar a un niño con Mutismo Selectivo a
entender y a expresar mejor sus emociones, y este tipo de terapia puede ser
parte de un plan general de tratamiento. Puede ser útil en particular cuando un
acontecimiento o un entorno estresante es un factor. Aunque el trauma no sea
la causa típica del Mutismo Selectivo, para algunos niños pueden existir
factores contribuyentes, como la muerte de un pariente o de otro ser querido, o
una mudanza difícil (que provoque inestabilidad). Los terapeutas de juego
pueden ayudar al niño a expresar y a entender mejor las emociones que están
experimentando en estas situaciones.
11-¿Se recomienda la terapia familiar en el tratamiento del Mutismo
Selectivo?
En cierto momento, artículos antiguos de revistas de medicina postularon que
las relaciones familiar disfuncionales eran la causa del Mutismo Selectivo, y a
menudo se recomendaba una terapia familiar. Ya que ahora conocemos que no
existen pruebas de que una patología familiar sea la causa de la mayoría de los
casos de Mutismo Selectivo, este tipo de terapia ya no es necesaria. No
obstante, si existen circunstancias inusuales o un entorno familiar altamente
estresante, puede ser recomendable que las familias participen en este tipo de
terapia.
Sin embargo, es siempre muy importante que los miembros familiares se
eduquen y se informen sobre el Mutismo Selectivo y el que estén incluidos en
el plan de tratamiento del niño para proporcionarle un entorno de apoyo que le
ayudará en su recuperación.
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12-El Mutismo Selectivo es un trastorno de la ansiedad. ¿Qué significa
esto realmente?
Los trastornos de la ansiedad son las enfermedades mentales más
comunes entre niños y adolescentes.
La oficina sanitaria norteamericana anunció recientemente que los EE.UU
están en situación de emergencia en cuanto se refiere a la salud mental
de los niños. Relató que el 10% de los niños sufre trastornos mentales,
pero que menos del 5% de estos niños están realmente recibiendo
tratamiento.
Como el Mutismo Selectivo es un trastorno de la ansiedad, si se deja sin
tratar, puede abrir camino a una amplia variedad de repercusiones tanto
académicas, como sociales y emocionales tales como:
- Desarrollo de una mayor ansiedad
- Desarrollo de depresión y manifestaciones de otros trastornos de ansiedad.
- Aislamiento social y retraimiento.
- Baja auto estima y confianza en sí mismo
- Rechazo a la escuela, resultados académicos bajos, y eventual abandono
de la escuela
- Obtención de un futuro nivel académico pobre con repercusión laboral
- Auto medicación con fármacos y/o adición al alcohol.
- Delitos e implicación en problemas juveniles con la justicia
- Pensamientos suicidas y posible suicidio.
Por tanto, nuestro principal objetivo será el diagnosticar a nuestros niños
tempranamente, de forma que puedan recibir tratamiento adecuado a una
edad precoz y desarrollar técnicas y estrategias aptas dirigidas a superar su ansiedad.
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